¿Te ha pasado que te sientes irritable, todo te molesta, nada te agrada, peleas con todos, y cuando comes se te pasa? Ahí dices «Ah… Tenía hambre y por eso ni yo misma me soportaba».
Nuestra conducta (lo que hago y lo que digo) es la forma de comunicarle a los demás lo pienso y lo que siento. Entonces, mi comportamiento siempre tiene oculto un mensaje que nadie más ve, y a veces ni siquiera uno mismo se ha dado cuenta de cuál es ese mensaje. Simplemente, actúamos de acuerdo a cómo nos sentimos, de la única manera que hemos aprendido a menejar ese sentimiento o pensamiento.
Cuando tus hijos gritan, pelean, asumen actitud desafiante, son irrespetuosos, en fin, cuando tienen conductas inadecuadas, antes de reaccionar, toma una pausa y trata de imaginar cuál es ese mensaje que intenta, transmitir.
Dreikurs decía «Un niño mal portado, es un niño desalentado». Pues lo mismo ocurre con las mamás, una mamá que grita y amenaza, es una mamá que se siente mal: desmotivada, cansada, agobiada, sola, asustada, preocupada… Agrega cualquier otro sentimiento desagradable que puedas estar sintiendo.
El «truco» (y lo pongo entre comillas porque no es una receta mágica ni rápida) es sentirnos bien para comportarnos mejor.
Un niño que se siente bien, busca formas positivas de comportarse, buscar contribuir, cooperar, ser respetuoso. ¡Y una mamá también!
En la medida que busquemos cómo sentirnos mejor, y tratemos a nuestros hijos de forma respetuosa y amable, en la medida que les enseñemos cómo comunicarnos su mensaje de forma asertiva (y nosotras también lo hagamos con ellos), su comportamiento (y el nuestro) mejorará y los conflictos disminuirán.
Recuerda «El comportamiento que vemos es la respuesta a un problema o situación que no vemos».